Un curso de verano en el Olimpo

Un curso de verano en el Olimpo

Escribo desde que supe cómo. Mis primeros cuentos los hice cuando tenía apenas seis o siete, lo que yo llamo “mi proyecto poético” lo comencé a los 10 años de edad. Escribir es una herramienta de supervivencia, una tabla de salvación en medio de un mar negro y agitado.
Escribir es no sólo una necesidad vital para mí, sino una parte fundamental de mi identidad: empecé a dar talleres cuando tenía 22 años, mis estudiantes han sido en su mayoría mujeres, tengo algunos talleres dirigidos exclusivamente a ellas y lo que descubierto en estos 14 años es que nosotras, las mujeres, llegamos a la edad adulta llenas de huecos, de vacíos, de heridas,  desconectadas de nosotras mismas y, en la mayor parte de los casos, deprimidas. Muchas arrastramos una serie de traumas, de secretos y de culpas que no nos corresponde cargar, la mayoría de nosotras (las de los talleres) encontramos en la escritura, en el arte y -sobre todo- en la charla y el contacto con otras mujeres, un vehículo de sanación y de poder.
Dar un curso para niñas ha sido un sueño largamente acariciado para mí, algo que se me reveló como una necesidad inherente a lo que yo hago. Al llevar la literatura como camino espiritual y a las mujeres como objetivo principal de mi trabajo, sólo puedo reconocer que en muchos casos, para ciertas cosas, he llegado demasiado tarde con mis alumnas adultas. Sólo queda lavar heridas, sacarlas al viento esperando que sanen… Pero ¿y si hubiéramos podido evitarlas?, ¿si hubiésemos podido engrosar la piel de nuestras sensibilidades de tal modo que sólo hubiesen sido arañoncitos sin importancia? Muchísimo sufrimiento podría haber sido evitado con una mejor información, una red afectiva más sólida, mayor confianza en nosotras mismas y más amor por nuestro cuerpo tal cual es, tal cual se ve; si no hubiésemos sido construidas como princesas frágiles en espera de un amor imposible, si se nos hubiera dicho que éramos fuertes, si se los hubiera enseñado defendernos o si se nos hubiera dicho siquiera que podemos hacerlo.
Con base en mis lecturas, mi experiencia como tallerista y mis aprendizajes con tantas alumnas y maestras generosas, he fundado este taller de verano llamado Pequeñas diosas. Empoderamiento, autoestima y Feminidad Sagrada para niñas de 8 a 11 años en el espero tener la oportunidad encontrarme con potenciales mujeres enteras y desarrollar juntas algunas de las habilidades que yo he puesto a disposición de mis alumnas mayores: expresión a través del arte, empoderamiento mediante cantos, danzas y rituales, conocimiento de  sociedades anteriores y contemporáneas en donde ser mujer es considerado como algo bueno, deseable y positivo, una perspectiva personal y grupal acerca de la feminidad, la plena identificación y reencuentro con las mujeres de su linaje familiar y por supuesto, lectura y creación de textos literarios como herramientas de autoconocimiento que les permitan amarse a sí mismas, sin importar las opiniones o etiquetas que sean arrojadas sobre ellas o sobre sus cuerpos.
Pequeñas diosas es un curso dirigido a las niñas cuyos padres y madres aman y desean ver fuertes e independientes. Un espacio para quienes ya no quieren ser bebés ni tampoco convertirse en princesas. Un taller para quienes gustan del arte y creen en la magia. Una oportunidad para quienes quieren desarrollar tempranamente su poder y un círculo sagrado abierto para recibir a las mujeres libres del futuro y a las deidades todopoderosas que las habitan.
Pequeñas diosas. Empoderamiento autoestima y feminidad Sagrada para niñas de 8 a 11 años. Martes y jueves. Del 19 de julio al 11 de agosto. White Willow café (Chihuahua, 155. Roma Norte)