Sólo por el placer o La Torre de Sabiduría

Creo que sí, que ya lo saben, que a todxs lxs que me han prestado oídos se los he dicho alguna vez: he vivido, desde niña, loca obsesionada por los cuentos. Generan en mí una fascinación distinta, no sólo al resto de los estímulos de la vida, sino -concretamente- a los demás géneros literarios. El cuento es un caballo de Troya, una caja de Pandora que contiene muchos mundos imaginables, reales y posibles…
Desde niña lo supe, mucho antes de empezar a leer: Memorice varios cuentos, los repetía, se los contaba a mamá, papá y a mis abuelas, a las personas que venían a casa o a lxs vecinxs; les agregaba y quitaba cosas; estaban ahí -vivos- haciéndose míos y públicos a medida que los compartíamos. Cuando aprendí a leer, los coleccionaba. Tenía un pequeño librero en el que iba poniendo cada libro nuevo pero ya leído, porque nada nunca entró al librero de mi infancia sin haber sido leído primero. Todos los leí demasiadas veces, los leí una y otra vez aunque me los sabía, después afortunadamente nació mi hermana y tuve el pretexto de leérselos y contárselos miles de veces a ella.
Cuando llegó mi momento de estudiar Letras -¿qué más podría estudiar una persona con semejante historial?- leímos algo de poesía y teatro, muchísima novela, pero casi ningún cuento, y a pesar de esa formación o deformación profesional, yo seguí: necia, loca, apasionada por los cuentos. Me especialicé en cuentos medievales españoles durante la licenciatura y en cuentistas mexicanas del medio siglo en la maestría y la pasión no hizo más que incrementarse exponencialmente.
De los catorce cursos, seminarios y talleres que imparto, once han sido dedicados al género perfecto (desde mi punto de vista) y uno de los problemas con el que me encuentro más frecuentemente, es que la mayoría mis estudiantes desean con gran entusiasmo llegar a la escritura de cuentos habiendo leído poco o casi ninguno.
Hoy en día (y desde el siglo XIV) somos lectores de novelas. Las personas a las que nos gusta leer tenemos en casa y a la mano básicamente novelas. El programa de literatura para bachillerato en México propone la lectura de novelas clásicas y -me ha pasado más de una vez- se espera que cuando nos hacen a las preguntas “¿qué estás leyendo?” o “¿qué estás escribiendo?” respondamos algo sobre una novela o expliquemos por qué no.
El caso es que no se puede llegar a la escritura del cuento sin ser ávidxs lectorxs de cuentos: sería algo así como dar un salto triple mortal sin haber saltado jamás. Es por esto -y por mi inagotable necesidad de transmitir y contagiar mi amor por el género- que me atrevo (con nerviosismo, emoción y un poquito de pudor) a publicar esta lista en la que están algunxs -¡no todxs!- de lxs cuentistas más fundamentales para mí, para mi vida y escritura, y uno solo de sus títulos con la esperanza de que todxs esxs lectorxs de novela, pero sobre todo mis alumnxs presentes, pasadxs y sempiternxs se animen a cumplir esta propuesta mía de leer un cuento todos los días durante un año (mis alumnxs lo llamararon “El Reto Artemisa”) para con solamente quince a cuarenta y cinco minutos al día, ampliar enormemente el acervo y conocer, por lo menos, los más grandes clásicos.
Hice una lista con los primeros cincuenta, para que los acaben antes del verano. Espero sinceramente que muchxs se unan, se dejen seducir y llevar por estos y otros cuentos, sólo por el placer. Compártanme sus cincuenta y.. ¡Buen provecho!
1.- “A family supper” Kazuo Ishiguro
2.- “Arielle” Elena Madrigal
3.- “Ataraxia” Eve Gil
4.- “Augusto” Herman Hesse
5.- “Bajo el sol jaguar” Italo Calvino
6.- “Boy with sword” Mark Van Doren
7.- “Casa tomada” Julio Cortázar
8.- “Como una buena madre” Ana María Shua
9.- “Cuento XXXV” Infante Don Juan Manuel
10.- “Diez negritos” Agatha Christie
11.- “¡Diles que no me maten!” Juan Rulfo
12.- “Diques para un viaje” Socorro Venegas
13.- “El árbol” Elena Garro
14.- “El cuerpo de Adelaida” Brianda Domecq
15.- “El extraño” Howard Philiph Lovecraft
16.- “El guardagujas” Juan José Arreola
17.- “El jardín de los senderos que se bifurcan” Jorge Luis Borges
18.- “El jardinero del convento” Giovanni Boccacio
19.- “El montón” Adela Fernández
20.- “El parto” Franco Sacchetti
21.- “El príncipe feliz” Oscar Wilde
22.- “El profeta” Khalil Gibrán
23.- “El tapiz amarillo” Edith Wharton
24.- “Fire And Ice” Álvaro Menéndez Leal
25.- “Fragmento de un diario” Amparo Dávila
26.- “Historia a cuatro manos” Aline Pettersson
27.- “Historia de Mariquita” Guadalupe Dueñas
28.- “Idilio” Guy de Maupassant
29.- “La camisa del hombre feliz” Luis coloma
30.- “La condesa sangrienta” Alejandra Pizarnik
31.- “La fiesta de las balas” Martín Luis Guzmán
32.- “La gallina degollada” Horacio Quiroga
33.- “La güera veneno” Reyna Barrera
34.- “La pastora de gansos” Hermanos Grimm
35.- “La prodigiosa tarde de Baltazar” Gabriel García Márquez
36.- “La sunamita” Inés Arredondo
37.- “Las abuelas” Doris lessing
38.- “Las zapatillas rojas” Hans Christian Andersen
39.- “Lección de cocina” Rosario Castellanos
40.- “Los siete ahorcados” Leonid Andreiev
41.- “Ligeia” Edgar Allan Poe
42.- “Malena, una vida hervida” Almudena Grandes
43.- “Oro, caballo y hombre” Rafael F. Muñoz
44.- “Palabras para una fábula” Margo Glantz
45.- “Para qué eternamente estés conmigo” José Emilio Pacheco
46.- “Piel de asno” Charles Perrault
47.- “Por Guayama” Luis Negrón
48.- “Que se vaya la gusanera” Odette Alonso
49.- “Sólo era una broma” Beatriz Espejo
50.- “Soñar es asunto privado” Isaac Asimov